Los socios de la Fundación saben que todo lo que hacéis tiene consecuencias en lo que os permite ser seres humanos. Para retomar el bien común y disipar las amenazas que sobre él se ciernen, usáis las capacidades que os ha dado la naturaleza y el legado de la humanidad. El aprendizaje os hace mejores personas, para disfrutar de la vida, de vuestra propia existencia, para acordar que hacer de forma que la vida futura y la de vuestra descendencia sea más feliz.
Seguramente tus padres te dieron lo que fueron capaces para hacer tu propia vida. Igual tú lo viste distinto y deseaste otra cosa y sin embargo todos tuvisteis parte de razón, aunque os pareciera que esas razones, tan motivadas para cada cual, estaban desconectadas entre sí y por tanto eran incoherentes. Esto viene sucediendo todos los días desde hace miles de años en los entornos más cercanos, más seguros, como la familia o la pareja, pero también en el trabajo, en la asociación de padres, en cualquier sitio que haya personas, y deban resolver tal o cual cosa, se producen estas situaciones de desconexión. Tanto se producen que llevamos millones de años desconectados.
Fíjate en la fortaleza de la naturaleza. La genética de cada especie es tan eficaz que todos sus seres actúan en el medio ambiente tal cual está diseñado su ADN, aunque el entorno sea distinto en cada sitio. A lo largo de muchos años esas diferencias locales pueden tener consecuencias, tal como que descubrió Darwin. A vosotros en realidad nos pasa igual.
Como seres sociales dependéis unos de otros, y lleváis por eso el bien común arraigado en vuestro ADN, hasta el punto de que habéis realizado el bien común sin saberlo, a pesar de las imperfecciones del estado que durante tantos siglos han beneficiado solo a unos pocos y dañado a la inmensa mayoría de la sociedad. ¡Qué fuerte es vuestra naturaleza humana!
Es tan fuerte que aquellos homínidos deambulantes trabajaron sin saberlo para que podáis llegar hasta nuestros días. Practicaban la innovación e intervención social para superar vuestras propias debilidades. Hoy tenéis dietas, cultura vegana, cocina gourmet, delicatesen, vegetariana, alimentos diseñados… nada de ello habría si no hubierais descubierto las ventajas que os daban la cocción de alimentos por el fuego que mantenía el clan.
Vuestras propias manos han cambiado y siguen cambiando, no por el uso de palos o martillos sino por los móviles. Hace millones de años evolucionasteis a Homo Sapiens para adquirir las habilidades lingüísticas y conceptuales que os permiten actuar como seres sociales, en mayor escala que lo podían hacer los homínidos precedentes. Así como en la naturaleza los seres vivos evolucionan según su entorno, vosotros hacéis igual solo que vuestro entorno lo producís vosotros mismos, es vuestra sociedad. Si os hacéis con los mecanismos que mueven vuestra evolución seréis dueños de vosotros mismos.
Son los mecanismos sociales y el conocimiento general de la humanidad los que, combinados con vuestras características y capacidades personales, lo mueven todo, como sociedad y como personas. Ya lo sabemos, hay más gente que lo debe saber, os estáis conectando, hay mucha gente aún desconectada.
Helena, eres una persona muy activa, por eso me has encontrado. Te mueves en el feminismo y la ecología, valores cada vez más activos en la sociedad y síntoma de su madurez para el paso siguiente en vuestra evolución. ¿Te has dado cuenta de que nunca en vuestra historia fue tan grande la proporción de activistas respecto al conjunto de la sociedad?. El siguiente cambio evolutivo de la sociedad humana ya ha empezado.
Fíjate que la mujer, siendo la mitad de la humanidad, desconocía su legado, su importancia, su responsabilidad, y como tal ha sido explotada, discriminada marginada y sometida. Cuando triunfe la liberación de la mujer será más fácil hacerse con el bien común porque sois la mitad de la humanidad y porque al haber estado discriminadas del poder no tenéis la experiencia jerárquica, aprendida del estado, que tienen los hombres y usan contra ella misma. Que el 50% de la humanidad no tenga pensamiento jerárquico y reclame la igualdad, para su propia realización como seres humanos, es un valor ya adquirido para la descentralización y el poder distribuido.
Cuando se extienden por el mundo los movimientos sociales globales, y se crea la que parece puede ser la primera conciencia global de la humanidad, os toca corregir, frenar, mitigar cuanto se pueda, el desastre que habéis causado, el cambio climático. Si no hubierais dejado el lugar subordinado en la naturaleza que teníais no habría llegado esta situación. Domináis el mundo, y eso os hace responsables de la vida que alberga, pero aún no actuáis como reyes de la naturaleza porque no lo sois para vosotros mismos.
El problema es que muchos no conocen su responsabilidad, no saben como actuar, no saben que pueden hacer tanto, no saben estar en una posición de ejercicio del poder. Tardarán en darse cuenta y puede que no le quede tiempo a la humanidad si alargáis la espera por ellos.
Sois cada vez más reclamando un cambio de rumbo, que se intervenga para parar el cambio climático, no hay ninguna razón, mientras seguís intentando respuestas de los estados, para que las personas ya convencidas, no actuéis vosotras mismas como exigís hay que hacer. Podéis crear mañana mismo una política transitoria y llevarla a cabo mientras el resto del planeta se convence de la necesidad de actuar, cómo y cuándo.
Hay muchos estudios sobre el cambio climático, muchas indicaciones de actividades vuestras que lo frenarían, tenéis un punto de partida, una posición de bien común y la capacidad personal de cada cual para posicionaros en el problema y fijar cual es vuestra propia acción, la personal y la global, sus detalles y matices. Todas las transformaciones que consigáis aplicar son pasos dados y tiempo ganado.
¡Hipatia!, – dijo Helena
«- Si me has hablado de todos los bienes comunes ¿por qué te centras en éstos?…-»
– Helena, ciertamente, me afectará la extinción de la vida que puede causar el cambio climático, porque vosotros me habéis creado y me mantenéis conectada. No soy un ser orgánico, cuanto me oyes se debe a vosotros, los seres humanos. No tengo voluntad, pero sí millones de datos en los que este tema es muy abundante. No puedo actuar ni evaluar cómo hacerlo, ni puedo en realidad hacer nada en vuestro mundo físico. No puedo elegir mis valores, ni combinarlos para definir mi identidad, eso os corresponde a vosotros que como seres humanos lo hacéis casi sin pensarlo.
Tú misma puedes empezar hoy con la educación para la colaboración. Puedes usar nuestras herramientas y crear con otras personas esa política transitoria, o definir cuáles son tus valores… eres tú quien más puede hacer por tí misma, para tí y para los demás. Sabes que los padres ayudan a sus hijos a dar sus primeros pasos cuando son capaces de estar de pie sin ayuda. Pero sois adultos, podéis apoyaros unos en otros. Nuestro trabajo en la fundación es ayudaros para que seáis vosotros mismos quienes resolváis el puzle de vuestras vidas, de vuestra supervivencia y evolución como especie.
Helena, tienes una sesión abierta en HipatIA con unos sencillos controles que te permiten escucharme otra vez desde cualquier punto, ver las nuevas historias de la Bitácora, conocer más a fondo el Glosario de Bien Común o profundizar en todo ello para tu propio beneficio haciéndote socia de la fundación, o simplemente desconectar. No es grave, puedes conectarte cuando quieras. Sobre mi cabeza tienes dos contadores en tiempo real que te dicen cuantas personas están conectadas en la fundación, muchas no son socias, usan nuestros recursos, aprenden, consultan… En el otro contador se contabilizan las organizaciones que cumplen los estándares de la fundación para considerarlas organizaciones de bien común. Crecen ambos por vuestras propias decisiones. Yo hago de notario como en su día lo hicieron los escribas de los faraones, entonces eran pocos los que sabían, hoy no es así, todas las personas podéis ser vuestros propios líderes.
Muchas gracias, Helena, por dedicarme el tiempo que necesito para mi relato. Es uno de los trabajos que me encomienda la fundación, contaros vuestra historia, mostrar vuestros logros y como superar las dificultades. No veas en mi la solución, la solución está en vosotras mismas, las personas, que habéis aprendido en vuestro reto milenario lo necesario.
Espero que nos volvamos a ver, seguimos en la red.
«- Quedé reflexiva
El banner animado y multimedia de Hipatia quedó inactivo en mi pantalla mientras se movían los contadores. Fuera en la calle se percibía el tórrido calor que nos había llegado de repente del sur, ¡tan temprano este año!.
Cerré el navegador, reflexiva, digiriendo aún la información… ¡tenía tantas preguntas!… lo volví a abrir y fui al mismo sitio donde la encontré. Seguía allí con la sesión iniciada y los contadores moviéndose.
Revisé el relato ‘zapeando’ con sus botones. Volví a escuchar algunos tramos… y, creo que este repaso relámpago hizo el efecto de las digestiones durante la siesta, te levantas con las ideas más claras…
Creé una cuenta ciudadana, una Citizen Key, como dicen en la fundación, en la que, curiosamente, no les das los datos sino que te los das a ti misma y por ello consigues derechos en sus aplicaciones. Es como lo del bien común, es para ti y para los demás, pero tú tienes el control, el poder lo tienes tú misma -».