Estamos habituados a ver las cosas desde un punto de vista individual, incluso aquellas que sabemos que afectan a otros o, a bienes comunes, públicos o del conjunto de la especie, como pueda ser la naturaleza. Es imposible que sólo con la visión individual de cada ser humano podamos hacer algo común. Otras personas interesadas tendrán su propia visión y manifestarán su discrepancia al no sentirse representadas en situaciones en las que se toman decisiones que tal como se han generado benefician sólo a una parte.
Esta es hoy la situación más común en la que es difícil la gestión diaria del bien que se trate. La no inclusión causa muchos daños al Bien Común:
Es muy probable, si no estamos conformes, que no sintamos vínculo emocional con el Bien Común, no avisemos de problemas que tengan que ver con tal decisión, averías, deterioros o incluso en algunos casos daños directos causados por personas que buscan lucro o actúan abiertamente de forma antisocial. Delegar se vuelve una solución fácil que nos aliena pudiendo incluso perder la noción o el origen de Bien Común haciendo necesarias presiones o sanciones para protegerlo cuando sino en peores casos destrucción abierta por privatizaciones que dañan su utilidad social.
Si por contra intentamos conocer la opinión de las personas interesadas, antes de expresar la nuestra propia, tendremos que preguntar antes, cuidaremos nuestras afirmaciones, llevaremos nuestra mente y la del grupo en el que nos encontremos a una posición neutral que requiere la participación para su definición. Esta es una posición social, Posición del Bien Común((Publicada originalmente por Jivago ‘La Posición del Bien Común’ https://jivago.es/09-07-2018/la-posicion-del-bien-comun.html – 09/07/2018)), mas propia para su tratamiento, desde la que resulta más fácil encontrar un acuerdo.
Este sencillo procedimiento se puede usar individualmente en muchas situaciones y mejorar si se prepara intencionalmente, como referente neutral, documentado, científico para que las personas interesadas en un Bien Común se posicionen al respecto usando el conocimiento propio de cada cual.
Valores e indicadores del Bien Común
Cualquier bien tiene en un determinado momento unos valores que podemos mensurar y usar como referencia para cuando debamos tomar una decisión. Esta es una referencia científica, válida para todo el mundo, de forma que la visión personal se podrá expresar respecto de ellos. Gracias a los valores comunes hablaremos en un ‘formato’ que nos permitirá entendernos, cuando menos para comunicar a los demás nuestra valoración, y puedan así saber si comparten o no nuestra opinión, o aportar argumentos de vuelta que puedan ser a si mismo evaluados.
Por ejemplo: una vivienda tiene indicadores de habitabilidad, accesibilidad, servicios, salubridad, sostenibilidad, eficiencia energética, integración con el entorno o reciclaje de sus materiales. Medidas de referencia para espacios comunes, habitaciones o servicios. Es fácil establecer valores de referencia en vivienda usando estos datos, que podemos obtener estudiar y evaluar, para después crear indicadores que nos permitan saber el estatus de la cuestión en cualquier momento. La concurrencia de expertos/científicos en el bien de la vivienda hará que la Posición del Bien Común tenga una credibilidad general, incluyente, transversal… como punto de partida para toda la sociedad que puede contar con lo mejor que la ciencia haya podido desarrollar hasta el momento.
El ámbito de la Posición del Bien Común es cualquiera en el que deba aplicarse. Puede ser nuestro barrio, el pueblo, la comarca, el estado, o en todo el planeta. Por tanto es factible, si tenemos las personas y los medios para definir la Posición del Bien Común, el hacerlo sin tener que esperar que aparezca una autoridad que se encargue. Estamos hablando de ciencia y conocimiento, por tanto no habrá contradicciones graves si en el pueblo vecino alguien se pone a trabajar en lo mismo, aunque colaborar es buena idea y probablemente dé mejores resultados. Pero en ambos casos los valores y indicadores deberán ser considerados de forma que incluyan a todos los interesados ya sea porque lo van a disfrutar o porque trabajan en su gestión.
Globalidad personalización y planificación
La Posición del Bien Común no supone decisión alguna, es una referencia de partida, de uso voluntario, útil para que la sociedad tome decisiones. Son referentes científicos que evolucionan con la propia ciencia que estudiará como la sociedad ejecuta de forma concreta el Bien Común. Se determina partiendo el estado de conocimiento en ese momento del bien que se trate de forma que incluya a todas las personas interesadas y/o afectadas en cualquier sentido.
Incluye los valores que lo determinan de forma que se puedan mensurar mediante índicadores que ayudan a evaluar el estado de implementación social.
La determina una organización neutral, de carácter científico, relacionada con el bien que se trate y para cualquier ámbito en el que sea de aplicación. Puede ser una organización ya existente, o creada expresamente.
En tanto se consigue el Bien Común la posición del Bien Común es abstracta y relativa a cada ser humano y referencia para su mejora.
Si la Posición del Bien Común indica que ‘una casa media debe tener 90 metros cuadrados, cimientos, techo, etc’, por poner un ejemplo, después una casa concreta se construirá en la ‘finca x’ con características muy definidas en las que vamos a combinar decisiones globales (sostenibilidad, eficiencia energética, integración natural), locales (materiales de construcción, zonas construibles, normas de entorno etc), vecinales (áreas comunes, accesos…) y personales (color de las ventanas, orientación, distribución de las zonas). En el caso de un conjunto de casas de construcción colectiva La Posición del Bien Común nos ayudará a ponernos de acuerdo en como y qué debemos pedirle al constructor, aunque este después nos permita cambiar un armario de la vivienda que nos toque concretamente.
En el ejemplo de la vivienda la Posición del Bien Común puede tener indicaciones sobre la deconstrucción de viviendas, si reúnen determinadas características que aconsejen una retirada ordenada, p. ej ‘construcción guiada por especulación urbanística’. La indicación termina en ella misma, no es función de quienes la definen intervenir en su aplicación que corresponde a la sociedad, especialmente a quienes estén interesados/afectados por los valores de la indicación.
Las personas creativas, conociendo los detalles de la Posición del Bien Común , usarán la libertad que dan los valores con respaldo social para desarrollar su iniciativa creadora aportando millones de matices que valoraremos por lo innovador, por la belleza de su creación, ayudando a crear una cultura positiva y nueva de lo común en la que sean cada vez más raros los daños a la comunidad .
Gracias a la Posición del Bien Común siempre podremos evaluar en la sociedad los detalles de su aplicación en todos los ámbitos haciendo que la personalización, incluyendo todas las posibilidades de la creatividad humana, no supongan riesgos para el Bien Común y aporte valiosa información a sus indicadores para la planificación futura.
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