Inteligencia social

Vivimos una era de grandes avances en el conocimiento de la inteligencia humana, antes tratada como un Cociente Intelectual[1] que se obtenía en una prueba.

Inteligencia y biofisiología cerebral

Howard Gardner en 1983 dio a conocer su modelo de las Inteligencias múltiples [2]. Quería resaltar un número desconocido de capacidades humanas, inteligencias, subrayando que estas capacidades son tan fundamentales como las que tradicionalmente detecta el Cociente Intelectual.

Actualmente el equipo de Gardner identifica 12 tipos distintos:

  • Lingüístico-Verbal. Consiste en la dominación del lenguaje.
  • Lógico-Matemática. Capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas entre las acciones o los símbolos.
  • Visual-espacial. Capacidad de reconocer objetos y hacerse una idea de sus características, sea como cuadros visuales.
  • Musical. Capacidad para poder producir una pieza musical.
  • Corporal-Kinestésica. Capacidad para coordinar movimientos corporales.
  • Intrapersonal. Habilidad de conocerse a uno mismo, por ejemplo sus sentimientos o pensamientos, etc.
  • Interpersonal. Es la habilidad para relacionarse y llevarse bien con otras personas.
  • Naturalista. Sensibilidad que muestran algunas personas hacia el mundo natural.
  • Emocional. Mezcla entre la interpersonal y la intrapersonal.
  • Existencial. Meditación de la existencia. Incluye el sentido de la vida y la muerte.
  • Creativa. Consiste en innovar y crear cosas nuevas.
  • Colaborativa. Capacidad de elegir la mejor opción para alcanzar una meta trabajando en equipo.

Es común hablar de nuestras memorias, que por comparación, sabemos son distintas. Hay quien recuerda con facilidad los números y hace cálculos complejos de memoria. Hay quien tiene memoria gráfica, recuerda las caras, y situaciones como si fueran fotografías, quien recuerda olores o sabores… Habilidades nativas que mejoran el aprendizaje y condicionan las demás, de forma que cada ser humano, por nuestra combinación de inteligencias y su desarrollo, somos una combinación única.

Doce años después Daniel Goleman con Inteligencia Emocional[3] distinguía las relaciones entre la inteligencia racional y la inteligencia de las emociones apoyándose en su origen fisiológico.

El hecho de que el cerebro emocional sea muy anterior al racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento. Las emociones producen reacciones rápidas cuya respuesta ha sido previamente aprendida. De esta forma en nuestros orígenes nos defendíamos de las amenazas que requerían una respuesta inmediata. Sabiendo como funcionan éstas, podemos obtener de cada ser humano, respuestas casi en el nivel instintivo animal, con la ventajosa diferencia de que podemos educar las emociones y elegir otras respuestas más eficaces.

La industria de la manipulación usa intensamente nuestra inteligencia emocional llevándonos a hacer cosas de las que después nos arrepentimos. Una buena educación de la inteligencia emocional incluye la prevención ante la manipulación, de forma que en lugar de la respuesta que se nos quiere inducir, demos una racional y mejorada, también rápida y más eficaz.

La comprensión de la inteligencia humana vinculada a su base fisiológica, ha puesto a la Neurociencia[4] en el centro de muchas investigaciones:

  • La cognición (del latín cognoscere, ‘conocer’) es la facultad de un ser vivo para procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Consiste en procesos tales como el aprendizaje, el razonamiento, la atención, la memoria, la resolución de problemas, la toma de decisiones, los sentimientos. El ser humano tiene la capacidad de conocer con todos los procesos mencionados.
  • La conducta: El ser humano al vivir en la sociedad se ve en la necesidad de organizarse en todos los sentidos, creando estructuras sociales diversas y dinámicas, entidades estas como la forma propia que observa cada cultura para organizar su convivencia: familiar, trabajo, educación, gobierno, ciudad, etc. El ser humano es social por naturaleza, por lo que vive en grupo con otros individuos, con la intención de protegerse, ayudarse y cooperar en la realización de propósitos comunes; creando al mismo tiempo las condiciones dignas para el crecimiento y desarrollo de su comunidad, así como la realización personal de todos y cada uno de quienes componen dicho grupo

La tecnología combinada con psicología avanzada puede trabajar con nuestras emociones. Las técnicas de reconocimiento facial con aplicaciones basadas en inteligencia artificial ya están en las agendas de desarrollo aunque hoy nos producen más inquietud que confianza[5]

Inteligencia social

En el año 1996, Giacomo Rizzolatti con otros científicos identificaron las Neuronas Espejo, ligadas a la vida social y responsables de la empatía humana. Estas neuronas del individuo «reflejan» el comportamiento del otro, como si el observador estuviera realizando la acción. De allí su nombre de «espejo». Se encuentran en la circunvolución frontal inferior y la corteza parietal inferior, más tarde también las encontraron en las regiones involucradas en la visión y en la memoria.

La segunda parte del Trabajo de Daniel Goleman Inteligencia social. La nueva ciencia de las relaciones humanas (2006) es consecuencia del vínculo entre la inteligencia intrapersonal y la interpersonal a través de las emociones[6].

En 1994 el desarrollo de internet y la cibercultura trajeron de la mano de Pierre Lévi una concepción de colaboración entre diferentes individuos, no homogeinizadora y tecnológica: la Inteligencia Colectiva en las sociedades basadas en el conocimiento[7].

El factor social de la inteligencia que desarrolla Lévi ya lo había tratado Gardner en 1983 como Inteligencia Interpersonal. Un tipo de inteligencia cuya base fisiológica tiene  relación con el área de la corteza cerebral llamado lóbulo frontal donde se realiza la producción lingüística y oral, además de las funciones ejecutivas que manejan la conducta, atención, planificación, entre otros.

La expansión de internet ha dado muchas experiencias de inteligencia colectiva. Diferentes experimentos científicos demuestran que somos capaces de actuar colectivamente de forma transversal, condición propia del bien común, en determinadas circunstancias, sin necesidad de conocernos y afectando a cualquier tipología de personas. Un caso bastante representativo es lo sucedido con el 15M del que el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR *) nos ha dejado un vistoso estudio:

Desarrollo científico

La Psicología[8], que recordamos casi automáticamente con «psicoanálisis», ha tenido gracias a estos avances una gran evolución, tiene cada vez menos que ver con procesos inconscientes y cada vez más con neurociencia, ciencia de la conducta y ciencia cognitiva.

Todos estos avances científicos en el conocimiento de la inteligencia humana, su base fisiológica y como funciona como hecho social, tienen consecuencias en muchos campos:

  1. En educación la memoria deja de ser el elemento central de la formación. Es posible personalizar la formación apoyándose en el tipo de inteligencia dominante en cada persona.
  2. En la economía que pone en valor el capital intelectual por encima de la productividad o los productos, y busca por ello la implicación, la colaboración y el liderazgo en la integración de equipos.
  3. En la concepción social del ser humano y del bien común.
  4. En la tecnología que desarrolla Inteligencias Artificiales con equipos multidisciplinares entre los que se encuentran psicólogos, expertos en sesgos cognitivos[9].
  5. En la creación/innovación social basada en la colaboración, lo que se ha llamado el movimiento Crowd por su inicial Crowdsourcing[10]
  6. En la creación de una primera conciencia global.

La inteligencia colaborativa

«La inteligencia colaborativa (IC) supone una deliberación ordenada, facilitada por tecnologías sociales, que permite a un conjunto de personas crear un mejor conocimiento compartido y tomar decisiones, con mayores posibilidades de superar los retos y dificultades que plantean las distintas actividades humanas en un entorno cada vez más complejo y cambiante.» ICXCI (Innovation Center for Collaborative Intelligence)

El interés por conseguir la colaboración humana, en los procesos que requieren su implicación, ha llevado al desarrollo de procesos, métodos de aprendizaje, educación para la colaboración, que permiten su desarrollo como como una más de las inteligencias descritas por Gardner: depende de factores biológicos, de la vida personal y factores culturales e históricos. Hasta hoy los principales beneficiarios son las organizaciones económicas, con una concepción innovadora de las capacidades humanas como recurso, y la tecnología. Pero no hay nada que impida su extensión a todas las áreas de la vida social.

«La inteligencia colaborativa se ocupa de problemas donde la experiencia individual, y las diferentes interpretaciones de diversos expertos son críticos para la resolución de problemas…La inteligencia colaborativa también puede clasificarse de acuerdo al grado y tipo de colaboración que los individuos produzcan sobre el producto final… Esta nueva realidad  puede ser llevada a otros niveles y empezar proyectos de intercambio de conocimientos y capacidad de reflexión y empoderamiento, dando voz a mucha gente y potenciando la capacidad de creatividad y aprendizaje»[11]

La inteligencia colaborativa, al igual que la colectiva, han existido con modalidades distintas desde que el ser humano apareció en la tierra. La cultura digital está transformando a ambas: acelera y acerca estos procesos sociales de la inteligencia humana modificando su definición con la incorporación de las tecnologías que lo facilitan.

En la inteligencia colaborativa intervienen las emociones que motivan a cada persona, pero estas no controlan ni manipulan la voluntad humana. La diferencia entre la inteligencia emocional y la colaborativa es que en ésta somos conscientes de los objetivos que perseguimos, y por ellos colaboramos. La inteligencia emocional, que instintivamente moviliza a las personas, puede llevar a la colaboración colectiva si antes hemos aprendido esta respuesta.

    1. Es una forma de inteligencia social emergente que transforma la conducta social. Fue considerada inicialmente como una modalidad específica de la «inteligencia colectiva«, que se produce involuntariamente, tal como la definió Pierre Lévy en 1994.
    2. Es el fruto de la acción de muchos individuos que interactúan entre sí, para crear algo o solucionar algún problema, usando el conocimiento vivo que posee cada persona.
    3. La inteligencia colaborativa se produce en un flujo de intercambio de información, en el que las personas que participan, experimentan su evolución desde el estado de desconfianza, al de confianza. Transformar la desconfianza en confianza, superar los malentendidos, es el núcleo de la inteligencia conversacional[12]

Los activistas sociales conocemos la dificultad que supone conseguir la colaboración entre personas objetivamente afectadas por temas comunes. Es más sencillo con personas bien informadas, la correcta información es un factor objetivo, pero no suele ser el caso. Es muy común encontrarse con actitudes defensivas, conservadoras que temen cualquier movimiento en su estatus generando cierta desesperación entre quienes, más motivados, ven su necesidad.

Las primeras reacciones, las que trae la inteligencia emocional, pueden ser muy dispares. Como no hay una educación de la inteligencia emocional, se bloquean las posibilidades de la inteligencia colectiva y la acción racional.

Tras todas las reacciones y actitudes humanas está el conocimiento vivo de cada persona con el que no hemos aprendido a trabajar. Este incluye una educación sobre los bienes comunes, en muchos casos, dañina para su función social. El alcance, valor, ventajas o desventajas, los evalúa individualmente cada persona con sus conocimientos y capacidades.

Conseguir la colaboración, superando la desconfianza y las actitudes defensivas, es una capacidad que tenemos y podemos mejorar, una inteligencia, la inteligencia colaborativa. La tecnología permite usarla con mayor intensidad en herramientas de democracia electrónica y deliberación.

Con herramientas para la planificación distribuida y el ejercicio del poder, gobernar el bien común será mas sencillo si en la sociedad es habitual la inteligencia colaborativa, si se forma al ser humano en ella desde que viene al mundo. No depende de las herramientas, aunque ayuden, sino de nosotros mismos, de desarrollar nuestra inteligencia colaborativa.

Con este objetivo estratégico y ante la formación de una Conciencia Global, los movimientos globales tendrán mejores resultados aprendiendo a gestionar las emociones, aprendiendo a transferir a cada persona el conocimiento necesario y la educación sobre el bien común para impulsar la inteligencia social.

  Educación para la colaboración, Humanos relativos, Libre albedrío, Bien Común, Posición del Bien Común

 

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  1. El cociente intelectual​ o coeficiente intelectual se obtenía dividiendo la edad mental de una persona (obtenida tras la realización de pruebas o test no estandarizados) entre su edad cronológica y multiplicando el resultado por 100. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo XX este método fue sustituido por el diseño de pruebas estandarizadas que arrojaban directamente la puntuación de este estimador. – Wikipedia[]
  2. «La inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos, relativamente interrelacionados. Para Gardner el desarrollo de algún tipo de inteligencia depende de tres factores: Factor Biológico, factor de la vida personal y Factores culturales e históricos. Para Howard Gardner, la inteligencia es un potencial biopsicológico de procesamiento de información que se puede activar en uno o más marcos culturales para resolver problemas o crear productos que tienen valor para dichos marcos. De esta manera, desde esta perspectiva las inteligencias no son algo que se pueda ver o contar: son potenciales ―es de suponer que neurales― que se activan o no en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada persona y/o su familia, sus enseñantes y otras personas.»- Howard Gardner – Wikipedia []
  3. «Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón. Entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones, trabajando con la mente racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo. Del mismo modo, el cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: la inteligencia racional y la inteligencia emocional y nuestro funcionamiento vital está determinado por ambos.». Inteligencia emocional 1995 Goleman, Daniel (1996)Barcelona: Kairos – ISBN 978-84-7245-371-5.[]
  4. La neurociencia es un campo de la ciencia que estudia el sistema nervioso y todos sus aspectos; como podrían ser su estructura, función, desarrollo ontogenético y filogenético, bioquímica, farmacología y patología; y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la cognición y la conducta.Wikipedia[]
  5. Los anunciantes, los gigantes tecnológicos y las fuerzas fronterizas están utilizando un software de seguimiento facial para controlar nuestros estados de ánimo, nos guste o no. La IA puede leer tus emociones. ¿Debería? The Guardian (en Inglés) []
  6. Listado, clasificación y descripción de las emociones humanas. – CincoNoticias[]
  7. La inteligencia colectiva es una forma de inteligencia que surge a partir de la colaboración de diversos individuos, generalmente de una misma especie, en relación a un tópico en particular. Actualmente es un término generalizado de la cibercultura o la sociedad del conocimiento vinculado a la toma de decisiones consensuada aplicable en bacterias, animales, seres humanos y computadoras. Desde su obra El apoyo mutuo, Kropotkin se constituye en un referente temprano al utilizar el concepto para el tipo de inteligencia que poseen pequeños animales e insectos como abejas u hormigas. L’Intelligence collective. Pour une anthropologie du cyberespace, La Découverte, Paris, 1994, Versión web en castellanoWikipedia[]
  8. La Psicología es una ciencia que trata el estudio y el análisis de la conducta y los procesos mentales de los individuos y de grupos humanos en distintas situaciones, cuyo campo de estudio abarca todos los aspectos de la experiencia humana y lo hace para fines tanto de investigación como docentes y laborales, entre otros. Existen diversas perspectivas psicológicas, cada una con sus propias teorías y metodologías, y en comparativa pueden coincidir, influirse, solaparse o incluso ser contradictorias e incompatibles; esta variedad da pie a múltiples acepciones y abordajes. Algunos enfoques —como en el humanismo— consideran que el método científico no es adecuado para investigar la conducta; otros tales como el conductismo lo emplean para comportamientos observables que pueden ser objetivamente medidos. – Wikipedia[]
  9. Un sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o lo que se llama en términos generales irracionalidad, que se da sobre la base de la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos o no estén relacionados entre sí. Los sesgos sociales se denominan generalmente sesgos atribucionales y afectan a nuestras interacciones sociales de cada día, también están presentes en la probabilidad y toma de decisiones. Ante un estado de confusión, es importante precisar y destacar los mecanismos netamente cognitivos de los intelectivos ya que estos últimos corresponden en la intuición a sesgos preceptivos conocidos comúnmente como falacias.La existencia de sesgos cognitivos surge como necesidad evolutiva para la emisión inmediata de juicios que utiliza nuestro cerebro para asumir una posición rápida ante ciertos estímulos, problemas o situaciones, que debido a la incapacidad de procesar toda la información disponible se filtra de forma selectiva o subjetiva. Si bien nos pueden conducir a errores que pueden ser graves, en determinados contextos conducen a acciones más eficaces o permiten adoptar decisiones más rápidas cuando la inmediatez es el mayor valor (heurística). Wikipedia[]
  10. Crowdsourcing (del inglés crowd –multitud– y outsourcing –recursos externos–) se podría traducir al español como colaboración abierta distribuida o externalización abierta de tareas, y consiste en externalizar tareas que, tradicionalmente, realizaban empleados o contratistas, dejándolas a cargo de un grupo numeroso de personas o de una comunidad, a través de una convocatoria abierta. Jeff Howe, quien acuño el término en el año 2006, estableció que el concepto de «crowdsourcing» depende esencialmente del hecho de que, debido a que es una convocatoria abierta a un grupo indeterminado de personas, reúne a los más aptos para desarrollar las tareas, para responder ante problemas complejos, y para así contribuir aportando las ideas más frescas y relevantes. Por ejemplo, se invita al público a desarrollar una nueva tecnología, o a llevar a cabo una tarea de diseño (diseño basado en la comunidad’1​o diseño participativo distribuido) o a mejorar e implementar los pasos de un algoritmo (véase computación basada en humanos) o a ayudar a capturar, sistematizar, procesar y analizar grandes cantidades de datos (ciencia ciudadana): Crowdfunding (financiación colectiva), Crowdcreation (creación colectiva), Crowdvoting (votación colectiva), Crowd wisdom (sabiduría colectiva), Crowdlearning (aprendizaje colectivo). – Wikipedia[]
  11. Ignasi Alcalde Inteligencia colaborativa: mas allá de la inteligencia colectiva[]
  12. ‘Conversational Intelligence: How Great Leaders Build Trust & Get Extraordinary Results’ (2013), Judith E. Glaser. Algunos artículos en castellano: